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Adherimos a la Declaración de Pañuelos Amarillos





Comunicado de prensa de Pañuelos Amarillos


17 de mayo de 2021


Con gran tristeza y pesar, desde Pañuelos Amarillos, queremos despedir a nuestra compañera María Lucila Tibaldo. Gran guerrera que nos ha dejado un gran vacío al partir, acompañamos en el dolor a su familia y en especial a sus hijos S. y G.


Lucila lucha contra el abuso sexual infantil, era una mamá protectora que tenía una causa abierta contra el progenitor de sus hijos (expediente 55092/2020) y donde ya se había realizado cámara de observación al menor víctima peritaje forense, la causa ya estaba en fiscalía conclusional.


A Lucila nunca se le cumplió la consigna policial, el abusador rompía todo el tiempo la restricción de acercamiento. Incluso tuvo que mudarse de casa, la dejaron sin trabajo, estaba totalmente desprotegida y olvidada con sus dos niños, fue a la justicia, incluso a los medios y no la quisieron oír. Ahora su voz somos nosotras. Exhortamos al poder judicial de Tucumán a que tome cartas en el asunto y gana cumplir todas las leyes nacionales de Protección de la Infancia y los tratados internacionales a los que adhiere Argentina en su art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional.


Por el bienestar de los menores se arbitren todos los medios correspondientes para que los niños vuelvan a ser víctimas de su abusador y la guarda esté con la familia materna, ya que hace poco se pidió la re-vinculación con los menores, y Lucila tuvo una audiencia en el poder judicial en los juzgados de Familia. El 16 de mayo de 2021, en barrio ampliación barrio Elena Wilde manzana "S" casa "5", encuentran a Lucila ahorcada.


Desde Pañuelos Amarillos pedimos se investigue con rigurosidad la muerte de Lucila y que se sepa la verdad. Una mujer, una madre cuando realiza una denuncia de abuso sexual contra sus hijos es vista automáticamente como una loca por la justicia y por la sociedad en su conjunto, que siempre elije mirar para un costado, olvidándose que a quien tenemos que defender es a un niño que ha sido vulnerado brutalmente y, en la mayoría de los casos, intrafamiliarmente. La revictimización tanto a la madre como al niño es de tal magnitud que a veces es inaguantable tanto dolor caer en esa realidad como hecho que sucede mas de lo hablado y aún aceptado, es realmente desbastador.


La madre debe convertirse, además, en una leona que tiene que defender a su cría de su propia sangre, del aparato judicial, de la sociedad y de la estigmatización que nos hacen pasar desde el minuto uno de la denuncia. Por desidia, desinterés y complicidad. Desde Pañuelos Amarillos decimos "basta" y pedimos justicia por Lucila.


Amiga querida, te vamos a extrañar mucho. Nos queda el consuelo de saber que vamos a luchar porque no haya ni una Lucila más.


Hasta siempre Lu, sé ese ángel como te dibujó tu hijo para ellos dos.


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