La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), el organismo público que fue creado a partir de la sanción y promulgación de la Ley de Trata en 2012, realizó un informe (link) sobre la cantidad de denuncias realizadas a la línea 145 durante el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO).
En el informe figuran muchos datos, pero vamos por partes…
¿Qué es la línea 145? Para quienes aún no lo saben, la línea 145 es una línea telefónica nacional gratuita de atención las 24 horas que está al alcance para que cualquier persona que perciba o detecte alguna situación que pueda estar relacionada con el delito de la trata de personas y/o delitos conexos, o mismo alguna persona que pueda estar siendo víctima de trata, realice la denuncia a través de un llamado.
En primer lugar, el informe marca una clara diferencia entre la cantidad de denuncias recibidas a la línea en un mismo período de tiempo comparado entre el año 2019 y 2020. Este período tomado, que va desde el comienzo del ASPO del 19 de marzo al 19 de mayo, nos muestra que mientras este año la cantidad de denuncias recibidas fueron 186, el año pasado sin pandemia se recibieron 333 en el mismo período de tiempo. Según el informe y el análisis realizado por PROTEX, estas diferencias se deben a que el ASPO modificó la vida cotidiana de las personas, afectando su normal desenvolvimiento en la vida comunitaria para detectar posibles situaciones de trata y poder denunciarlas. Este dato, que no es menor, nos demuestra la importancia que tiene la vida activa de la comunidad en el ámbito público para poder denunciar casos o posibles casos de trata.
En cuanto a las denuncias recibidas durante el ASPO, el informe analiza la cantidad que se recibieron en tres períodos divididos: desde el comienzo del ASPO el 19 de marzo al 19 de mayo, del 20 de mayo al 11 de junio, y del 12 de junio al 12 de julio. Se registró un total de 344 denuncias, pero cada período tuvo sus particularidades…
Durante el primer período (19 de marzo al 19 de mayo) se registraron 186 denuncias totales, de las cuales entre el primer mes y el segundo hubo bastantes diferencias: durante el primer mes se recibieron 70 denuncias y durante el segundo la cantidad de denuncias incrementó a 116. Según el informe, estas diferencias se deben a que el 11 de abril el gobierno prorrogó el ASPO pero con mayores flexibilizaciones, dando lugar a que las personas se desarrollen con mayor presencia en la vida comunitaria y puedan denunciar ante sospechas de trata. En el segundo período (20 de mayo al 11 de junio) se registraron 85 denuncias y en el tercer período (12 de junio al 12 de julio) 73 denuncias. La mayoría de todas estas denuncias fueron efectuadas por las propias víctimas que ya no se encontraban en el lugar de explotación o que aún encontrándose allí habían podido encontrar la forma de comunicarse con la línea para denunciar.
Aunque la cantidad de denuncias recibidas a la línea 145 puedan mostrar diferencias en cada período del ASPO, en lo que sí coinciden es que de todas las denuncias recibidas la mayoría fueron por trata con fines de explotación sexual. De las once clasificaciones más comunes de denuncias que se reciben (fines de explotación sexual, laboral, desapariciones, ofertas laborales engañosas, material pornográfico infantil, etc.), las denuncias por fines de explotación sexual representan el 45,63%, cerca de la mitad del total de las denuncias recibidas. Sin embargo, es importante mencionar que las estadísticas son insuficientes porque la cantidad de denuncias realizadas a la línea 145 no representan la realidad total de los casos de trata de personas.
Ahora bien, los informes y las estadísticas oficiales nos sirven para dar cuenta de los casos de trata que aún persisten en nuestra sociedad y en el mundo, a pesar de tener normativas nacionales e internacionales de lucha contra la trata. Nos sirven para cuantificar una pequeña proporción que sale a la luz de un delito que en la realidad oscura y de complicidad corrupta en la que se vive es mucho más complejo y más grande. Pero ¿Qué significa todo esto?¿qué nos dicen estos números, a pesar de que representan una pequeña proporción de una realidad mucho más profunda?
Lo que nos dicen es que la trata de personas, y fundamentalmente la trata con fines de explotación sexual, es un delito que no tiene descanso ni siquiera en tiempos de pandemia y de aislamiento social. Nos dicen que su principal negocio, el sistema prostituyente, que abarca casi la mitad de las pobres estadísticas oficiales, ni siquiera tiene descanso en tiempos donde los puteros, aquellos que son mal definidos como “clientes”, deberían estar respetando el aislamiento social para resguardarse de la pandemia tanto ellos mismos como a las personas que consumen como objetos.
Ante la realidad que vislumbran estas estadísticas oficiales, nos preguntamos: ¿Dónde quedan la vida, la salud y los derechos de las mujeres, niñas, travestis y trans que están siendo prostituidas?¿dónde queda la protección de los derechos humanos de ellas cuando los discursos tendientes a legalizar el proxenetismo y la explotación sexual son revestidos con el brillo del empoderamiento y el trabajo digno?¿qué es lo que se quiere reglamentar cuando los puteros y la lógica patriarcal que mueve los hilos del sistema prostituyente las mira y las trata como objetos consumibles?
Desde Madres Víctimas de Trata queremos dejar en claro una cosa:
Queremos que nuestras hijas vuelvan a casa, pero también queremos el fin de este sistema que las cosifica y las prostituye para que ninguna piba nos falte nunca más.
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